Trono del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y Sangre

Trono del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz y Sangre

Tarea del cofrade es la de hacer propia una tradición que ha de reinterpretarse en términos asumibles para el futuro. Esta clave, sin la cual sería imposible comprender la historia cinco veces centenaria del Stmo. Cristo de la Vera+Cruz y Sangre, ha guiado también los trabajos de su nuevo trono procesional, estrenado durante la inolvidable madrugada del pasado Jueves Santo. El que fuera “retablo” penitencial de Nuestro Padre Jesús de Azotes y Columna entre 1987 y 2012 tiene su origen en el paso ejecutado por Rafael Barbero Medina para la Hermandad de la Vera+Cruz de Coria del Río (Sevilla) en el año 1948. Tras su adquisición por parte de nuestra Primitiva Corporación, la obra recibió diversas modificaciones que, en el plano estructural, tuvieron por objetivo su adaptación al varal aunque manteniendo los respiraderos previos, lo que haría de su cajillo uno de los más personales del panorama cofrade malagueño.

En el ámbito ornamental, se incorporarían al conjunto una serie de elementos que tenían por fin dotarlo de una mayor armonía y que se han mantenido hasta la actualidad. Nos referimos, más concretamente, a los elementos de imaginería: cuatro evangelistas en cada esquina y dos ángeles mancebos portando atributos de la pasión en los laterales, plasmados por el imaginero Suso de Marcos entre 1989 y 1990. El mismo autor realizaría también cuatro grandes faroles que, con una acertada combinación entre líneas rectas y columnas salomónicas, iluminarían la figura principal y los sayones incorporados durante el mismo periodo. Ya del año 1991 son los ocho fanales, obra de José Ortiz de Espinosa basada en el diseño de los faroles mayores. Se completaba así la iluminación del trono.

Cajillo malagueño

Las modificaciones iniciadas en el año 2013 suponen, en realidad, una profunda revisión de dichos conceptos. De este modo, los respiraderos originales han sido desmontados y sustituidos por una moldura inferior diseñada por Leopoldo García Leal, anterior mayordomo de la sección, y ejecutada por José Enrique Lamas Robles. En madera de cedro, este se complementa con otro superior, de menor tamaño pero de idéntica traza, que enmarca, ahora sí, un cajillo genuinamente malagueño. Igualmente, ha sido necesaria la realización de un nuevo monte adaptado a las características de un Titular Cristífero. En tal labor, José Enrique Lamas Robles ha contado con la inestimable ayuda de su hijo, Francisco Lamas Arroyo, a quien se debe la imitación del Gólgota que lleva el Crucificado a sus pies. Este posee una profunda simbología entre la que se incluyen la salamandra, signo de la supervivencia del hombre frente al fuego por la gracia de Dios; la serpiente, muestra palpable del pecado; y el caracol, metáfora del peregrinar humano por la tierra. Se unen así a la calavera, que recrea la victoria de Jesús resucitado frente a la muerte.

Todo ello se ha completado con un nuevo proyecto iconográfico. Del trono original de Rafael Barbero Medina se han conservado las cartelas del cajillo con motivos alusivos al Vía Crucis. Han sido sustituidas, en cambio, dos de las centrales, cuyas representaciones de las cinco llagas y el escudo de Coria han dado paso al crismón y un emblema franciscano en alusión a los orígenes del Stmo. Cristo de la Vera+Cruz y Sangre en el convento de San Luis el Real.

Las mayores modificaciones se han correspondido con las zonas delantera y trasera, a las que se han añadido templetes corintios en cuyos tímpanos se incluyen dos representaciones de Juan Vega Ortega. El delantero muestra el momento de la Anunciación del ángel Gabriel que, portando una azucena en sus manos, pregona así la imagen situada bajo el templete. Nos referimos a una Inmaculada en plata de ley, de autoría anónima y datada en el siglo XIX, que ha sido donada por nuestro hermano Antonio Salcedo Crespo. En cuanto al tímpano trasero, la figura del Padre contemplador se sitúa sobre la de Cristo Resucitado albergada por el templete. Donada por el vocal censor, Andrés Torres Peña, la imagen es obra de Francisco Sánchez Ramos. Quedan simbolizados así los misterios trinitario y mariano.

Once apóstoles

Los trabajos de orfebrería han sido realizados en el taller elisano de Juan Angulo Servián. Los mismos se encuentran presentes en algunos aspectos del cajillo, como la base de los pináculos que rematan la moldura superior. Son más visibles, sin embargo, en las cabezas de varal, diseñadas y ejecutadas en madera por José Enrique Lamas Robles, y culminadas por elementos representativos de los doce apóstoles. Hay que destacar que se ha sustituido la de Judas Iscariote por otra de carácter paulino, símbolo de la repercusión del apóstol de los gentiles en la primera difusión del Evangelio.

Por último, el arco de campana, procedente del trono del Stmo. Cristo de Ánimas de Ciegos, ha sido rematado por una cruz arbórea, semblanza del Lignum Crucis que procesiona la sección, y dos pequeños ángeles que lo sostienen. Nueva es también la campana que viene a sustituir la portada por las anteriores andas, la cual fuera donada por el primer mayordomo de nuestro Sagrado Titular, Francisco Laraño Martín (q.e.p.d.). Esta ha pasado a integrar, como el nuevo trono por otra parte, el patrimonio histórico de nuestra Primitiva Corporación.

Mayordomía del Stmo. Cristo de la Vera+Cruz y Sangre


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