La Brigada Paracadista, nuestro Hermano Mayor Honorario, vuelve en el día de hoy de la misión que ha llevado a cabo en el Líbano y, podemos decir con gran satisfacción, ha culminado con éxito.
El Rvdo. D. José Carrasco Pina, Capitán y Capellán Castrense de la Brigada Paracaidista E.T., nos hace llegar esta emotiva carta donde una vez más, el Santísimo Cristo de Ánimas de Ciegos, Protector de la BRIPAC, ha estado presente en el día a día de los Paracaidistas que han realizado su misión.
Cuando en España aún luchábamos con lo que se llamó la «primera ola» de la COVID, y a pesar de las dificultades que esta situación provocaba, los integrantes de la Brigada Paracaidista aprestaban sus equipos y perfilaban aún más su preparación para responder a la llamada del deber que, una vez más, les venía desde el otro lado del Mediterráneo: Líbano.
Cuatro años habían pasado desde la última vez que la BRIPAC estuvo por tierras libanesas bajo la bandera de Naciones Unidas y aunque muchas cosas han cambiado en aquella región en ese tiempo o que está por encima de todo, la «misión», seguía siendo la misma: servir a la causa de la Paz para el Líbano en cumplimiento de la resolución de la ONU y servir a España allá donde ésta lo demande.
Pero en aquellos tierras no han estado solos, pues durante los meses que han estado fuera de España les ha acompañado, protegido y bendecido el Santísimo Cristo de Ánimas de Ciegos que ha presidido todas las celebraciones de la Eucaristía que han tenido lugar durante la misión, gracias al hermoso cuadro con la foto de la venerada imagen que las Reales Cofradías Fusionadas donaron al contingente de BRILIB XXXIII y que fue colocado en el lugar preeminente nada más comenzar la misión. A esta bendita imagen se han acercado siempre los paracaidistas para confiarse a Él, sabiendo que su especial Protector y salvaguarda siempre escuchará su ruego pues, no en vano, Él es el «Señor y Jefe nuestro».
Y como siempre han hecho, la BRIPAC -y de las integrantes de otras unidades del Ejército que han formado el contingente de BRILIB XXXIII- han dado lo mejor de sí mismos para que, superando todos los obstáculos, la misión se haya cumplido con éxito. La satisfacción del deber cumplido y el premio de haber contribuido, una vez más, al mantenimiento de la paz en aquella tierra colman de alegría a todos los que han formado parte de esta misión.
Que nuestro Sagrado Titular, el Santísimo Cristo de Ánimas de Ciegos, siempre los proteja.