Es uno de los dos medallones o tondos que forman parte de la capilla de Exaltación y Mayor Dolor que datan del siglo XVIII y que se quemaron en el fatídico incendio de 1980, siendo recuperados en septiembre de 2012 por el restaurador Francisco Javier Gómez Rodríguez. El relieve de madera conífera tiene unas dimensiones de 1,70 metros de alto y 1,50 de ancho y representa la escena bíblica de el Sacrificio de Isaac.